Hace unos meses unos amigos me invitaron a asistir a la celebración de Millesime Madrid, un evento gastronómico que reunió en la Casa de Campo madrileña a vinos y productos exquisitos y de alto nivel.
Desde el “Zorro” cortador del jamón Florencio Sanchidrián y su depurada afinación como espadachín de los jamones ibéricos de Julián Martín a la crema de boletus con trufa de Andrea Tumbarello, a creaciones como garbanzos con falsa morcilla de calamar de Bon Amb, muchos fueron los sabores que cientos de gourmands disfrutaron a lo largo de los días del evento, acompañándolos de los exquisitos vinos de bodegas como Roda, Valquejigoso, Habla o los champanes de Henri Abelé. Hubo incluso espumosos azul mar, creados mediante segunda fermentación en botella y la adición de licor Curaçao.
Destacado en la experiencia, un ejercicio de maridaje de vino y perfume, en que varias fragancias de Bvlgari se armonizaron con vinos con Roda, Casta Diva, Pazo de Señoráns, Champagne Mumm y Ron Zacapa. La perfumista María Vélez y la catadora Yolanda Brazo fueron guiando a los asistentes a través de aromas a flores, frutas, especias que fueron explicando las sinergias que adecuaron la selección de vinos para cada uno de las propuestas de la casa italiana de moda y fragancia.
El objetivo de este ejercicio fue buscar nuevas vías sensoriales para abordar al vino, partiendo de los registros olfativos, distintos entre hombres y mujeres. A partir de ese análisis sobre las preferencias aromáticas se propusieron los perfumes adecuados. El champagne armonizó perfumes florales, con reflejos puros y cristalinos. El más acertado, el del Bvlgari Man in Black, con notas de miel, cuero, iris y haba tonka, que se ensambló con Ron Zacapa, también con notas melosas, a cardamomo y otras especias.
***La autora probó su primera gota de vino con pocos días de nacida. Probablemente así Rosa María González se interesó en él. Desde San Juan, escribe del planeta sabor en www.viajesyvinos.com, www.foodsfromspain.com y Magacín.